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Mejora la calidad de las decisiones

3 Dic

El Dalai Lama, en el  libro La senda del líder que coescribió con Laurens van den Muyzenberg, comparte su perspectiva sobre cómo mejorar la calidad de una decisión y  cómo lograr estar en paz con ella.

“… para mejorar la calidad de las decisiones que toman, los líderes tienen que mejorar su mente, si deciden mejorar su mente se dirigirán hacia una vida más feliz. Para tomar decisiones justas se debe pensar justamente, y para pensar justamente hay que meditar cada acción previamente. Para estar seguro que esta decisión está basada en una intención justa y tiene una motivación justa. Para ello nuestra mente tiene que en lo posible estar en estado de consciencia pura alejada de las emociones negativas, como la ira, la desconfianza, el temor o los celos…”

Fuente:  Puerto managers

Aunque no escribas libros, eres el escritor de tu vida

31 Oct

Aunque no escribas libros, eres el escritor de tu vida.

Aunque no seas Miguel Angel,Picasso,ó Leonardo Da vinci puedes hacer de tu vida una obra maestra.

Aunque no entiendas de cine, ni de cámaras, tu existencia puede transformarse en una película primorosa con Dios de productor.

Aunque cantes desafinado, tu existencia puede ser la mejor canción, que cualquier afamado compositor envidiaría.

Aunque no entiendas de música, tu vida puede ser una magnífica sinfonía que los clásicos respetarían.

Aunque no hayas estudiado en una escuela de comunicaciones tu vida puede transformarse en un reportaje modelo.

Aunque no tengas gran cultura puedes cultivar la sabiduría de la conciencia.

Aunque tu trabajo sea humilde, puedes convertir tu día en oración.

Aunque tengas cuarenta, cincuenta, sesenta o setenta años, puedes ser joven de espíritu.

Aunque las arrugas ya marquen tu rostro, vale más tu belleza interior.

Aunque tus pies sangren en los tropiezos y piedras del camino, tu rostro puede sonreír.

Aunque tus manos conserven las cicatrices de los problemas y de las incomprensiones, tus labios pueden agradecer.

Aunque las lágrimas amargas recorran tu rostro, tienes un corazón para amar.

Aunque no lo comprendas, en el universo tienes reservado un lugar.

Todo, todo… depende de tu confianza en tí y de tu empeño en ser digno merecedor de la vida que se te da a diario.

Secretos del éxito en 8 palabras – Richard St John

24 Sep

De la comunidad de CXO Community en LinkedIn, me compartierón este video que realmente es muy bueno sobre el éxito en 8 palabras
Enjoy

Una ley de la vida

7 Abr

Si tomo más de lo que doy, mi autoestima baja. Si tomo menos de lo que doy, también mi autoestima baja. Cuando recibo algo que no me merezco, mi autoestima baja. Y cuando recibo algo que me he ganado, automáticamente mi autoestima sube. Así de fácil»

Yo te ayudo con tu tarea, tú duérmete. Yo te presto para que le pagues a tu amigo. No llores, yo le explico al vecino que rompiste el vidrio por accidente. No te preocupes, m’hijito, yo entrego la película. Tú ve, yo te cubro con tu papá. Yo te compro el coche…

¡Ah, cómo es ciego el amor de papás! Creemos que al resolver la vida de nuestros hijos ganamos el premio de «El mejor papá» o «La mejor mamá» del planeta y, para colmo, nos sentimos orgullosos.

Ignoramos o no queremos ver que, de esta manera, colaboramos a hacer de nuestro hijo o hija, lo que menos quisiéramos: un/a perfecto/a inútil, un/a sátrapa o un parásito precioso.

Los seres humanos somos muy listos. Desde bebés aprendemos que si lloro, me dan la mamila de inmediato. Que si gateo e intento ponerme de pie para alcanzar algo, mis papás me ayudan y me lo dan. Que si hago un berrinche, consigo la paleta, además de la atención de mis papás. ¿Y sabes qué aprendo? Que yo soy más listo que ellos, que los puedo manipular a mi antojo y que consigo lo que quiera. Además, encuentro una forma muy fácil y cómoda de vivir.

Conforme crezco, mis exigencias (claro) también crecen. Y mis papás son «tan buenos» que siempre me salgo con la mía. Lo aprendo tan rápido y fácil como que dos más dos siempre son cuatro.

A pesar de que en el momento creo sentirme feliz, algo en mí no está bien. Me siento inseguro en muchas cosas. Mi autoestima es cada vez más baja, porque no hice nada para lograr lo que tengo. No me esforcé y sé que no lo merezco. Además no lo valoro, porque nunca supe lo que se necesita para conseguirlo. Siento que si no cuento con la ayuda de alguien, no puedo hacer las cosas. Que soy poco inteligente, poco capaz, o poco hábil; en especial, cuando no estoy con mis papás. Me siento menos.

¿Qué pasaría si ellos no cumplieran mis caprichos? ¿Y si me dejaran fracasar? ¿Si me dieran la oportunidad de hacer las cosas y me motivaran a esforzarme por mí mismo/a? ¿Si tuviera que enfrentar la responsabilidad y consecuencias de mis actos?

Estoy segura/o de que en el momento me enojaría, y haría todo lo posible para que se arrepintieran por no ayudarme. Haría escándalos, les dejaría de hablar. Los chantajearía y daría portazos para tratar de conseguir el camino fácil. Sin embargo, aunque no me agrade, muy en el fondo sé que lo harían por mi bien.

Al ver la firmeza de mis papás y no encontrar otra salida, aprendería a hacer las cosas por mí mismo/a. Eso me proporcionaría cada vez más habilidades en la vida, sin importar con quién me encuentre. Me sentiría muy bien conmigo, importante, competente, responsable; dueño de mí, no víctima del mundo, porque sabría que este es un mejor lugar porque formo parte de él.

Decía Marco Aurelio: a tus hijos, edúcalos o padécelos. Es cierto. Y para construir la autoestima de nuestros hijos, la vida se basa en una ley muy sencilla: la del trueque. Si los papás comprendiéramos esta ley a tiempo, para así formar y no deformar a nuestros hijos con nuestro gran amor, nos ahorraríamos muchos problemas en la vida.

Ley del trueque: el dar y recibir siempre están relacionados. Si tomo más de lo que doy, mi autoestima baja. Si tomo menos de lo que doy, también mi autoestima baja. Cuando recibo algo que no me merezco, mi autoestima baja. Y cuando recibo algo que me he ganado, automáticamente mi autoestima sube. Así de fácil.

Si queremos que nuestros hijos crezcan y se desarrollen con una buena dosis de autoestima para enfrentar el mundo, este Día del Niño recordemos darles mucho amor, hacerles saber que valen y, sobre todo, enseñarles esta sabia ley de la vida.

Gaby Vargas
Fuente: Periódico Reforma

La actitud es todo

23 Oct

Siempre me ha gustado la manera en que Gaby Vargas expresa los temas y los consejos que da, por eso sigo su columna en Reforma y aquí les pongo uno de sus árticulos que mas me han gustado


«La actitud es el centro que gobierna nuestra vida: te empuja hacia las estrellas o te envenena y paraliza. No podemos cambiar nuestra altura o tipo de cuerpo, pero sí nuestra actitud»

Me fascina Galia Moss. Suena raro, pero lo que me encanta es su actitud. A los 31 años, cruzar el Atlántico sola por 41 días en un velero que en la inmensidad no es más que una cascarita de nuez, no es cualquier cosa. Me imagino que desde que la idea nació y hasta que culminó, tuvo que haber pasado por muchas etapas difíciles, planes, sueños, desencantos; buscar patrocinios, escuchar más de cien veces: «Estás loca» y demás adversidades.

Todos nosotros nos planteamos retos, quizá no tan valientes; sin embargo, no se diferencian mucho del de ella. Cumplir un sueño, el que sea, acariciado por años, sólo obedece a una cosa: actitud. Sí, la actitud constituye el ciento por ciento de todo lo que hacemos.

Leo en la página de Galia: «La verdad es que sí he tenido muy malos ratos, he llorado, he estado en silencio y seria; les he reclamado a las velas sus escándalos, y al viento el por qué no viene. Pero la verdad es que sí he podido estar casi todo el tiempo de buenas. Mucho tienen que ver los años que soñé estar aquí, pues ¡lo estoy viviendo!, ¡no es un sueño! Y algo que he aprendido es que es mejor darle una sonrisa al mal tiempo que darle la espalda o un reclamo».

Todos tenemos nuestras travesías, y no es ningún secreto que la vida nos premia cuando la abordamos desde una actitud positiva. Nuestro reto, como el de Galia, es que en el momento en el que vivimos un golpe o llega la adversidad, nuestros mejores propósitos fácilmente se escapan por la ventana.

Sí, estoy segura de que la teoría todos nos la sabemos; el chiste es que en el momento de la verdad, sepamos sacar la casta.

Por ejemplo, ¿qué haces cuando una abeja se te para en la nariz?, ¿cuál es tu reacción frente a una mala noticia en el trabajo?, ¿cómo tratas al mesero que te trae mal el plato? o ¿qué tan complicada o fácil eres en una relación? La actitud es lo primero que notamos en una persona, y eso se debe a que involucra todo.

La actitud es el centro que gobierna nuestra vida: te empuja hacia las estrellas o te envenena y paraliza. No podemos cambiar nuestra altura o tipo de cuerpo, pero sí nuestra actitud. Víctor Frankl dedicó toda su vida a enseñarnos que se trata de una decisión y que la podemos desarrollar, así como cualquier otra habilidad.

Para modificar nuestra actitud, lo primero que tenemos que cambiar es el corazón (aunque suene cursi), porque ahí reside todo lo que somos. A partir del corazón entra y sale todo lo que somos, lo que nuestros ojos, oídos y boca escuchan, ven y dicen. Todo esto tiene un fuerte impacto en nuestro estado de ánimo, bienestar y actitud. Y ni hablar sobre quienes nos rodean.

¿Te imaginas lo que la cabeza de Galia le murmuraba antes de aventurarse al reto? Seguramente todas las razones por las que no tendría que ir. Sin embargo, es el corazón el que te dice: «Sí puedo, no sé cómo; fácil no va a ser, pero me prepararé lo mejor que pueda y me lanzo». Y se lanzó. Y eso es lo que mueve a los grandes héroes y heroínas de la historia: el corazón.

Sin embargo, existen personas que en su corazón albergan sólo limón. Es una pesadilla toparte con ellas, porque siempre encuentran motivos que justifican cómo NO se pueden hacer las cosas y, si no hay problemas, los crean. Todo es complicado, agobiante. Y, por supuesto, llevan a cuestas una nube negra.

En cambio, qué delicia es encontrarte en la vida a personas que tienen la actitud de: «claro que se puede»; que siempre tienen una palabra amable y una sonrisa ante cualquier circunstancia.

Y tu actitud, ¿cómo anda?

Gaby Vargas
22 Jul. 07
Publicado en Reforma.com


El vendedor mas grande del mundo .- Audiolibro

23 Oct

Este que es uno de los audiolibros de autoayuda más importantes que existen en a actualidad, trata de la historia de un vendedor ya anciano que intenta trasmitir su enseñanza a un discípulo a través de diez pergaminos que contienen principios para lograr el éxito en el arte de vender.
Como su nombre lo indica está dirigido a vendedores, pero puede ser leído por toda clase de lectores, ya que todos, en una forma u otra, vendemos algo.
Veamos un resumen de los diez pergaminos que son el centro de este libro.

1.- Me formaré buenos hábitos y seré el esclavo de esos hábitos
2.- Saludaré este día con amor en mi corazón.
3.- Persistiré hasta alcanzar el éxito.
4.- Soy el milagro más grande de la naturaleza.
5.- Viviré este día como si fuese el último día de mi vida.
6.- Hoy seré el dueño de mis emociones.
7.- Me reiré del mundo.
8.- Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
9.- Procederé ahora mismo.
10.- Oraré pidiendo directivas y orientaciones.

OG MANDINO

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Agradecimiento a eclipse69

Nuestros límites los ponemos nosotros mismos

19 Oct

Sports Illustrated tiene una compilación muy buena de los recientes juegos paralimpicos. Todas y cada una de las fotos son muy emotivas y nos sirven de ejemplo para superar adversidades

link: http://sportsillustrated.cnn.com/multimedia/photo_gallery/0809/oly.beijing.paralympics/content.1.html

Las mejores imágenes de los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008

1 Oct

Sports Illustrated tiene una compilación muy buena de los recientes juegos paralimpicos. Todas y cada una de las fotos son muy emotivas y nos sirven de ejemplo para superar adversidades

http://sportsillustrated.cnn.com/multimedia/photo_gallery/0809/oly.beijing.paralympics/content.1.html